martes, 20 de noviembre de 2007

Artistas alemanes y chilenos trabajan y discuten juntos: Las vanguardias y los ciudadanos


Diecisiete artistas alemanes incluyendo maestros y alumnos aventajados, más seis artistas chilenos, llevaron a cabo ejercicios y discusiones bajo una pauta abierta del curador belga Philipe van Cauteren durante la última semana de octubre en el Centro Cultural Matucana 100.
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Fuente: Revista El Sábado

domingo, 28 de octubre de 2007

No se los pierda... son sólo siete



Esta es una breve recopilación de lugares, cosas y personajes que deben conocer para tener una idea básica de lo que es Quinta Normal.

Paseo en bicicletas (sólo fines de semana)

El parque de la Quinta Normal tiene alrededor de 40 hectáreas, las cuales pueden ser recorridas a través de bicicletas que se arriendan en la entrada principal del parque. Es un motivo perfecto para salir en familia y disfrutar estos agradables días de verano.
Precios: 700 pesos media hora.

Biblioteca de Santiago

Ubicada en Matucana 151, la remodelada y tecnológica Biblioteca de Santiago cuenta con una gran variedad de libros y textos que vale la pena leer. Hay actividades semanales para estudiantes de colegios y salas interactivas para aprender un poco más. Es la ocasión perfecta para internarse en el mundo de la lectura.

Laguna Parque Quinta Normal

Esta pequeña laguna cuenta con botes para una, dos o tres personas que quieran disfrutar de un descanso en medio del parque. Es ideal para visitarlo en pareja o navegar en familia.
Precios: 800 pesos la media hora.

Almacén Matucana 68

El almacén más conocido del barrio, el cual abre sus puertas desde hace más de 30 años, tiene los precios más convenientes. Adornado con un estilo rupestre y con la variedad más completa, podrás encontrar lo que necesites.

Museo Nacional de Historia Natural

Uno de los tantos museos del barrio, el cual cuenta con exhibiciones permanentes y ciclos de charla muy entretenidas para cualquier espectador. Algo imperdible si quieres disfrutar solo o en familia de un día acerca de la historia natural de Chile.
Precios: Entrada liberada los Domingos y días festivos. De Martes a Sábado cuesta 600 pesos.

Centro Cultural Matucana 100

Quizás lo más notorio del barrio es este centro cultural que desde hace varios años cuenta con las exhibiciones de los artistas más importantes de Chile y Sudamérica. Un perfecto lugar para ver cómodamente una obra de teatro o alguna instalación artística. La entrada es liberada para las instalaciones y en las obras de teatro el precio depende de la exhibición.

La señora de los baños

Lía Aronowsky se llama la señora que hace más de 30 años atiende los baños del parque, te atenderá de la mejor forma. Ella se preocupa del aseo y la comodidad de los baños, así que no tendrás ningún inconveniente. A sólo cien pesos.

domingo, 7 de octubre de 2007

viernes, 5 de octubre de 2007

Almacenes inician ofensiva contra supermonopolios

Dos caras de una misma tradición: algunos dependientes se renuevan día a día, y otros se resignan a morir en las garras del mercado.
Los almacenes del barrio Quinta Normal se hallan al interior de la calle Catedral, desde Matucana. Un sector vacío, donde pasan a lo más tres personas cada cierto rato. Hay casas muy viejas, cuyas puertas dan directo a la vereda. Algunas están abandonadas, en un estado que prevé un derrumbe inminente. Pasa un ciclista raudo por calle Herrera, sólo se ve un par de jóvenes compartiendo un cigarrillo en la puerta de una casa. Son las 12:10 y se percibe un agradable olor a comida. Naturalmente, a esta hora muchas dueñas de casa se encuentran preparando el almuerzo. Pero antes de avocarse a esa labor debieron ir a su tradicional almacén para abastecerse de los ingredientes que son convertidos en una deliciosa cazuela, o en un reponedor plato de porotos con rienda.
Las dueñas de casa gustan de la buena atención de su almacén regalón, mejor que los fríos pasillos de los supermercados, junto a las largas colas para pagar. La señora Rebeca lo sabe, y hace una semana ha instalado en un rinconcito de Herrera con Santo Domingo un almacén que atiende a los vecinos de la cuadra. La tradición del barrio lo llama “el rinconcito de la suerte”, porque desde hace muchos años ese recinto siempre ha albergado almacenes de muy buena clientela y popularidad. “Lo bueno es que hay mucho contacto con la gente, de hecho me piden que traiga lo que ellos necesitan”, dice a QUINTA INFORMAL la señora Rebeca. En su percepción, lo que a la clientela le agrada es la variedad, porque le permite encontrar en un solo lugar cosas tan útiles como afeitadoras o decorativas como jarrones de greda. “Tenemos desde jarrones hasta alcancías de diversas formas, de chanchito, de grifo y de tortuga”, afirma mientras señala a una repisa donde además se ven otros adornos como candelabros.
A tanto ha llegado el interés por los artículos “no comestibles” que ofrece el almacén de la señora Rebeca, que en más de alguna ocasión le han sugerido tener un catálogo de los adornos de greda de su negocio.
A la señora Rebeca le ha ayudado la trayectoria del local donde actualmente funciona, porque por años ha servido de almacén. “A la gente le queda esa imagen de que en ‘el rinconcito’ está el almacén, por eso mucha gente se sorprende al ver que nuevamente hay un negocio aquí”, dice con orgullo la señora Rebeca, quien tiene experiencia en el rubro, ya que hace años ha trabajado en diversos negocios de barrio. Esa experiencia también le permite tener una especial llegada al consumidor. “Aquí la vecina se queda conversando, porque además de simples proveedores, debemos saber qué necesitan”, puntualiza.
En el recorrido visual por el almacén de la señora Rebeca, también se puede observar que hay juguetes, como accesorios para niñas, juegos de doctor, hasta volantines. “Debemos traer estas cosas, para que el público no se nos vaya a los supermercados”, dice.
La clientela de la señora Rebeca hace sus compras principalmente temprano en la mañana y después de las 18:00. “La gente que vuelve del trabajo viene a comprar pan o dulces”, agrega.
Para la señora Rebeca, el principal factor que mantiene vivos a los almacenes es “la cercanía, porque el supermercado queda a cinco cuadras de acá, y no todos los vecinos tienen los medios para transportarse esa distancia”, finaliza la señora Rebeca.
Una visión menos optimista tiene otro locatario del sector, cuyo negocio se ubica en calle Catedral. El dependiente no quiso revelar su identidad a QUINTA INFORMAL, pero para efectos de su lectura se llamará "Jorge" y no se detallará la ubicación exacta del negocio.
Don Jorge ve la labor almacenera como una tradición casi moribunda, totalmente destrozada por los supermercados. “Aquí ya no viene casi nadie, si no fuera por los maestros de la construcción que trabajan por aquí, no vendería nada”, señala con tristeza. “Uno piensa que por tener nuevos edificios en el sector uno puede tener más clientela, pero nada que ver, porque esos vecinos cuando quieren comprar algo agarran su auto y se van al supermercado”, agrega.
Su almacén lleva más de 30 años y don Jorge ha visto caer la cantidad de clientes… y aumentar los precios de sus proveedores.
“Antes la gente venía a abastecer su despensa con nosotros, pero ahora sólo sacamos de apuro, no tiene gracia eso”, dice con su mirada fija en algún punto de su añoso local.
El dependiente asegura que no tiene planeado continuar su negocio, porque esta tradición ya murió, “cuando yo me vaya de este mundo, el negocio también morirá”, dice don Jorge.
“Nuestra época ya pasó, el mundo ha crecido y la gente ha cambiado sus necesidades, además que los empresarios cambian las necesidades de la gente”, agrega.
Los vecinos son los más beneficiados por la presencia de los almacenes, y aunque eran reticentes a conversar con QUINTA INFORMAL, se pudo constatar la cantidad que acude a las horas señaladas con el fin de conseguir su mercadería. Todos conversan amenamente con los dependientes, y comparten un grato momento.
Entonces, los supermercados han logrado “matar a medias” la tradición. Por una parte, negocios optimistas y renovados, por otra, negocios resignados a bajar sus antiguas cortinas metálicas para siempre.
Escribió Andrés Huerta

sábado, 22 de septiembre de 2007

Talleres Municipales Gratuitos


Queridos lectores les informamos que la Municipalidad de la Quinta Normal ha puesto a disposición de la comuna una serie de talleres para niños y jóvenes. Hay talleres de: Folclore básico y avanzado, tai-chi, pintura, graffiti, arte circense, danza árabe, defensa personal, aeróbica y karate.

Para mayor información llame al 7723164 o visite la página http://www.quintanormal.cl/

jueves, 6 de septiembre de 2007

Cultura a la carta

Si quieres pasar un buen rato con tu familia, eres estudiante o simplemente te gustan la cultura, te presentamos "La Ruta de los Museos":



- El primer museo es el Nacional de Historia Natural. En él pueden encontrar diversos e interesantes temas, antropología, botánica, paleontología, zoología y mineralogía. Puedes visitarlo de martes a sábado, de 10:00 a 17:30 horas. Los días domingos y festivos, de 11:00 a 18:30 horas.
Precios: domingos y festivos: entrada liberada. De martes a sábado: adultos, $600; niños, estudiantes y adultos mayores de 60 años, $300; menores de ocho años, miembros de las FFAA, Carabineros, Policía de Investigaciones y estudiantes extranjeros (con Carta Internacional de Estudiante): entrada liberada. Interior Quinta Normal.




- El segundo museo es el Artequín. Este es el primer museo interactivo del país. Hay pinturas, esculturas y juegos interactivos para todas las edades. Puedes visitarlo de martes a viernes de 9:00 a 15:00 horas. Los días sábado, domingo y festivos, de 11:00 a 18:00 horas.
Precios: Escolares: $300. Estudiantes Enseñanza Superior: $300. Público general: $500. Tercera Edad: entrada liberada. Interior Quinta Normal.





- Otro muy interesante es el Museo Ferroviario. En él podrás encontrar distintos tipos de locomotoras y artículos acerca de ferrocarriles. Conocerás la historia de este importante medio de transporte. Puedes visitarlo de martes a viernes de 10:00 a 17:30 horas. En tanto los días sábado, domingo y festivos, de 11:00 a 19:00 horas.
Precios: Niños: $500. Tercera Edad: $400. Público en general: $750. Interior Quinta Normal.



- Nuestro cuarto museo es el de Ciencia y Tecnología. Tiene distintas salas en las que se enseña la ciencia. Entre ellas están las áreas de astronomía, geología, ondas, sonido y luz. ¡Ideal para ir en familia! Puedes visitarlo de martes a viernes de 10:00 a 17:30 horas. Los días sábado, domingo y festivos, de 11:00 a 17:30 horas.
Precios: Niños: $600. Público en general: $800. Interior Quinta Normal.





- También está el Museo de Arte Contemporáneo (MAC). El museo pertenece a la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y allí se muestran distintos grabados, pinturas y esculturas de los más diveros artistas del mundo. Un lugar imperdible. Podrás ir de martes a sábado de 11:00 hasta 19:00 horas. Los domingos de 11:00 hasta 18:00 horas.
Precios: Niños, estudiantes y tercera edad: $400. Público en general:

$600. Matucana 464, Metro estación Quinta Normal, línea 5.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Conozcamos Quinta Normal


No se trata de un barrio cualquiera de Santiago. Es la Quinta Normal. Un barrio con un pasado muy particular, donde hace setenta años la vida de ahí era campestre y vivían alrededor de 4000 familias, todas bastante numerosas. En esos tiempos, estaba el presidente Ramón Barros Luco, el cual incorporó varios elementos que hoy predominan en este barrio lleno de lugares y personajes especiales.

De a poco esta zona fue cambiando, como pasa en la mayoría de las ciudades. Los aspectos campestres del barrio fueron cambiando por empresas de acero y metal que veían como una oportunidad el poder instalarse en los suburbios de la ciudad. Fue en esta época, la de Carlos Ibáñez del Campo, cuando se empezaron a construir museos como el Nacional de Historia Natural y el Ferroviario, los cuales hasta el día de hoy siguen abiertos al público. Ahora también podemos encontrar otros museos como el de Ciencia y Tecnología y el Artequin. Además de cultura, en este barrio se distinguen el hospital Félix Bulnes y el San Juan de Dios. Estos dos hospitales son una ayuda esencial para las personas que viven en el barrio y en otras partes de Santiago.

Por otra parte, las calles del Barrio Quinta Normal se ven siempre con personas. Los bares de Matucana se llenan durante los fin de semana, ya sea para ver los partidos del fútbol chileno o una simple excusa de querer juntarse con los amigos. En las mañanas vemos cómo llegan familias que se bajan en el metro y disfrutan de algún paseo por el parque de la Quinta Normal. Este parque de cuarenta hectáreas tiene canchas de fútbol, tenis, patinaje y una laguna para andar en bote, la cual la utilizan normalmente parejas que vienen a buscar un momento de tranquilidad al aire libre. Los ancianos también se juntan ahí, con una clara vocación al ocio y conversaciones irrelevantes. Eso si muchos jóvenes frecuentan este lugar con el propósito de tomar y divertirse, lo cual ha creado varios problemas con las personas que frecuentan ese lugar.

En fin, la Quinta Normal es un barrio con movimiento. Puede que falte una mayor publicidad a este lugar lleno de cosas por hacer, pero de que hay opciones, las hay. Es cosa de tomarse un metro e internarse en este lugar tan distinto a como es la mayoría de Santiago.



Juan Francisco Donoso

jueves, 23 de agosto de 2007

Una mirada a Quinta Normal


Quinta Normal es un barrio vivo, que debe gran parte de su dinamismo a la inauguración de la estación de metro, Terminal de la línea cinco, en torno a la cual gira toda la vida comercial, educacional y recreativa de sus habitantes.

El barrio está conformado principalmente por la Quinta Normal, recinto fundado en el siglo XIX, como lugar de esparcimiento de la aristocracia santiaguina. Hoy, a diferencia de esos años, recibe al sector popular de la capital, el cual repleta el lugar en búsqueda de un domingo grato con la familia. La Quinta Normal es, junto con el Parque O’Higgins, uno de los puntos de reunión familiar más importantes de Santiago.

Otro lugar concurrido del barrio, aunque no para propósitos gratos, es el Hospital San Juan de Dios, un tremendo edificio que día y noche muestra como bienvenida los rostros adustos e impacientes de personas que esperan saber algo de sus familiares accidentados, enfermos o heridos.

Y por último, los liceos que rodean al metro conforman la triada de lugares que reúne a las personas. A pesar de proyectar una imagen de cercanía, en cuanto a todos esos servicios tan cerca del barrio, para algunos locatarios del parque Quinta Normal, la situación no es tan halagüeña. Antonieta, una jovencita que atiende hace pocos meses el quiosco que fundara su bisabuela revela que los estudiantes se reúnen en el parque “a fumar marihuana, tomar, armar peleas”, aunque se constató también la presencia de estudiantes pacíficos, cuyo carácter dista mucho de ser causante de una pelea. Lo que pasa, según Antonieta, es que el parque es tan grande “que los guardias se dan vueltas y no ven nada extraño, pero detrás de los arbustos, o en los rincones se ven estas cosas”.

El parque es tranquilo a simple vista, de hecho a pocos metros de la entrada deja de oírse el barullo callejero y empieza a sentirse el tímido cantar de los pocos pájaros de invierno y el aroma silvestre es evidente. En ese contexto tan natural y relajante se emplazan los museos de Historia Natural y de Ciencia y Tecnología, que diariamente recibe a gran cantidad de niños provenientes de diversos colegios de la capital. “Ellos son los que más compran en la semana”, dice Antonieta.

La señora Lía Aronowsky, de casi ochenta años, atiende hace más de treinta años los baños del parque. Mientras es entrevistada, recibe los cien pesos de un visitante y le entrega su correspondiente trozo de papel higiénico. “Aquí es bien bonito, pero nos está ganando el Parque O’Higgins, como ya nos quitaron algunas micros la gente prefiere irse directo en metro para allá”, dice. La señora Lía se queja de la falta de bebederos en el parque. “Todos me vienen a pedir agua, y no doy abasto”, afirma. En ese momento es interrumpida por dos colegialas del sector. Le piden acceso gratis al baño, a lo que la señora Lía se niega. “Entonces no nos dé papel”, le dice una de las jóvenes. “No, mi niña”, le retruca la señora. El dúo de liceanas de retira. “Me va bien en esto, porque pago el agua, mantengo limpio, aunque algunos se quejan de la antigüedad de los baños”, puntualiza. En eso regresan las estudiantes con el dinero para poder usar el baño.

Respecto al aspecto social del parque, éste alberga a los más diversos grupos. Según Antonioeta, “vienen neonazis, skinheads, emos, hasta gente del Partido Comunista”. Los que más van son los góticos, “dentro de su grupo al lugar que más vienen es acá, y se les ve en su ‘volada’… son bien silenciosos, dice Antonieta, quien advierte que los más curiosos son los neonazis: “aquí hacen sus reuniones aprovechando la intimidad del parque y hablan de su ideología”.

Para la señora Lía, el vicio más extendido dentro del parque es el alcoholismo: “ahora todos los días viene gente a curarse, pero pasa en todos lados”. Y para Antonieta, el sexo: “en los rincones del parque han pillado hasta parejas desnudas como si nada…”.

Escribió Andrés Huerta